Como Adam West salvo a Batman



Por Dolhal

Cuando la segunda guerra mundial inicio la mayoría del mundo de entretenimiento en EE. UU. se volcó al esfuerzo bélico, la promoción de los valores patrióticos era esencial para levantar la moral de los soldados en los frentes de guerra. Los cómic no se quedaron fuera, los héroes enmascarados sirvieron a la nación de las barras y estrellas en contra de los nazis y japoneses.

El cómic de Batman estaba en pleno desarrollo y éxito. Personajes como el Joker, The Penguin, Catwoman y Two Faces aparecían en 1941, directo del imaginario de Bill Finger y Bob Kane. Pero cuando sucede el ataque a Pearl Harbor, a finales de ese año, Batman se une a las filas de héroes en el frente de guerra. Es la época dorada de las historietas, con ventas altas y cientos de miles de lectores.















Termina el conflicto y los jóvenes que vuelven a los Estados Unidos no están interesados en temas relacionados con la guerra. Esto provoca una baja en las ventas de cómics. Muchos héroes fueron jubilados, otros, como Superman, se mantienen como iconos de la renovación y el nuevo estilo de vida estadounidense.

Pero Batman sufre un cambio en sus argumentos. Los villanos, que eran científicos megalomanicos, criminales mafiosos y violentas figuras disfrazadas, desaparecen, para darle espacio a historias más moralistas y menos duras, esto provocó que los fanáticos dejaran de leer los cómics de caballero de Gotham, pero no sería lo peor.

En 1954, con la aparición del libro “Seduction of the Innocent” del psiquiatra Fredric Wertham, se inició una campaña en contra de las historietas, acusándolas de provocar comportamientos anormales en niños y jóvenes. Los cómics de Batman fueron señalados de incitar la violencia y la homosexualidad.

Para evitar más perdidas, la Asociación de Revistas de Cómics crea un código de autocensura, con la finalidad de pautar lineamientos para historias más familiares. El cambio trajo a los cómics de Batman a nuevos personajes, la batí familia. El Caballero de la noche se convirtió en una especie de bufón, envuelto en situaciones jocosas y absurdas. Los villanos clásicos de los 40 fueron prácticamente borrados de los argumentos y todo parecía indicar que la publicación de Batman tenía sus días contados. Entonces llego la T.V y apareció Adam West














La productora ABC tenía una fama de crear series de T.V. de crimen, algunas exitosas, otras no tanto. Buscando darle un giro al género William Dozier y Howie Horwitz, productores de la televisora, se toparon con el programa de radio de las aventuras de Batman, creado en los años 40’s. Pronto buscaron un grupo de guionistas que mezclara las aventuras de cómic y radio, así el programa de T.V fue tomando forma, solo faltaba un protagonista.

Adam West era una figura recurrente en películas y series de T.V. de detectives y wésterns. La elección parecía un poco obvia, con el porte elegante idóneo para encarnar a Bruce Wayne y la condición física para representar a Batman, sin duda fue un acierto de la producción. West fue elegido de entre tres actores, cuando se enteró de la noticia rechazo varios papeles, incluyendo el de James Bond. La serie tenía un toque de comedia, acción y sátira, un poco en sintonía con la época hippie, además de tomar muchos elementos del cómic.

La serie fue un éxito rotundo, por tres temporadas mantuvo a la audiencia cautivada, esto provocó que se realizara una película para cine que se estrenó en 1966. El éxito alcanzó a los cómics, las ventas se catapultaron, los guionistas de la serie retomaron muchos de los villanos clásicos, sacándolos del olvido. En las historietas se mantuvo el tono de sátira de los guiones de televisión, hasta bien entrados los ochentas, la imagen de Batman se mantuvo cercana a la del personaje de West hasta la reforma realizada en los cómics con la “Crisis on infinite earths” y la recreación del personaje hecha por los cómics de Frank Miller (The Return of The Dark Knigth y Batman: Year One)




Este 10 de junio de 2017, Adam West trascendió este mundo. En varias ocasiones declaro que odiaba a Batman, porque lo habían encasillado a ser perpetuamente el personaje, pero muchas más agradeció haber portado el manto del murciélago. Sin Adam West probablemente no tendríamos a Batman en nuestros días, el cómic moría y fueron las bati-aventuras televisivas del dúo dinámico que permitieron que llegaran a nosotros. Gracias por eso Mr. West, nos veremos en otro bati-lugar.

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